M3 13 de junio de 2019

¿Conoces la capacidad de tu crédito hipotecario?

Te acompañamos a descifrar lo que dicen las letras chiquitas

Si cuentas con un crédito hipotecario para adquirir una vivienda y no lo has usado, hay varios temas que tienes que considerar para aprovecharlo y obtener el máximo beneficio, ya sea que apliques para una vivienda nueva o para remodelar, ampliar o construir en alguna propia. 

 

En el caso de los financiamientos de la banca comercial y de las instituciones que los otorgan, existen parámetros que te ayudarán a determinar cuál es el mejor producto para ti,  fíjate en los plazos, en las tasas, en tu capacidad de pago y el tipo de financiamiento que estés buscando.

Tu capacidad de pago. Lo primero que debes determinar antes de elegir un crédito hipotecario es tu capacidad de pago. Digamos que es la cantidad de dinero real que dispones cada mes para pagar todas tus deudas, incluida la tarjeta de crédito, sin comprometer tus gastos básicos y tu ahorro, es decir sin salirte de tu presupuesto para vivir tranquilamente.

 

¿Cómo calcular tu capacidad de pago? Con una sencilla fórmula: Ingreso neto – (gastos+ahorro) = Capacidad de pago

Los bancos también determinarán tu capacidad de pago, manejan un parámetro de 30% del ingreso neto (antes de impuestos), es decir que de preferencia debes tener esta cantidad de tu ingreso libre para no ahorcar tus finanzas. Seguramente te pedirán antecedentes de actividad e ingresos, como liquidaciones, declaraciones de impuestos, ingresos rentas así como una declaración de activos (lo que posee) y pasivos (lo que debe), con la documentación que lo acredite.

 

Los plazos. Otro punto importante a considerar es que un crédito hipotecario es un préstamo a mediano o largo plazo y dependiendo del banco o la institución que lo otorgue, puede llegar hasta 30 años. Esto significa adquieres un compromiso con dicha institución y la propiedad queda en garantía hasta que se concluyan los pagos. Tanto la institución como tú pueden pactar que sea de entre 10,15,20 hasta 30 años.

 

Las tasas. Cada institución ofrece diferentes porcentajes de tasas que hacen atractiva su oferta hipotecaria. Para entender bien lo que dicen las letras chiquitas de los contratos te presentamos las tasas más importantes:

  • Tasa Fija: Se define una tasa para todo el periodo del crédito. Esto permite saber, desde un principio, el monto en pesos a pagar mensualmente y hacer la proyección de cada año.
  • Tasa Variable: Cambia periódicamente según las condiciones del mercado.

 

Este es uno de los principales parámetros para decidirte por alguna de las diferentes opciones de banca comercial e institucional. Realiza los comparativos y proyecciones necesarias que te ayuden a decidir tu mejor opción, qué te conviene pagar mensualmente y a largo plazo.

 

El financiamiento. Pueden existir bancos que ofrecen financiar hasta 100% del inmueble, pero para una mejor administración de la deuda es recomendable aportar un mínimo del 20%, de modo que el crédito no exceda el 80% del valor de la propiedad.

Sugerimos pidas una simulación para fijarte en los plazos, montos y tasas de los opciones que estés considerando. Una vez realizado esto, pide una cotización que te brindará una versión personalizada incluyendo los gastos asociados como son la tasación, los títulos y escrituras, los impuestos, entre otros trámites.

Como verás, contar con un crédito hipotecario es una oportunidad pero también un compromiso, así que lo mejor es informarte y comparar. No dudes en pedir información en cada banco, acceder a su sitio web, aplicar para los simuladores y pedir las cotizaciones necesarias. Contar con toda la información de tu crédito te ayudará a decidir la mejor opción.

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